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La isla Cozumel (II): Buceando en los arrecifes de coral cámara en mano y otras “Cositas Buenas”.

Cedral.

Jacques Yves Cousteau fue, junto a Émilie Gagnan, el coinventor en 1943 del regulador de buceo autónomo, que supuso que el buzo clásico se liberará de los cables y tubos de suministro de aire desde la superficie, y, el buceo, que era una actividad militar y profesional, se convirtiera también en deportiva, llegando a ser practicada por millones de personas en todo el mundo. Fue también este ilustre personaje quién descubrió para científicos y turistas subacuticos las maravillas sumergidas de los arrecifes de coral de la isla Cozumel, con su documental “Un mundo nuevo” a finales de los años 50 del siglo pasado. Y fue también el responsable de que yo, y al igual que muchos de mi generación, nos matriculáramos en las facultades de biología y, de una u otra forma, nos especializáramos en biología marina y nos hiciéramos buceadores.

INCISO: En este artículo no puedo olvidar a ese gran guitarrista, Paco de Lucia, que compuso en Playas del Carmen “Cositas Buenas” para beneficio de la humanidad. En el video intervienen también La Tana (Cantaora), Enrique Heredía «El Negri» (Laúd y coros) y «El Piraña» (Percusión). Del canal calochorro69 de YouTube. Así que piquen en el play y disfruten de buena música y de un capuzón caribeño.

 Los lugares para bucear

En isla Cozumel hay más de 30 arrecifes con aguas limpias y cálidas todo el año (unos 27ºC) y a profundidades de 3 a 40 metros. Entre los arrecifes que se suelen recomendar para bucear se encuentran San Francisco, Chankanaab, Paraíso Norte y Sur, Paso del Cedral, Tormentos, Yocab, Cardona, Santa Rosa, Palancar, Colombia, Maracaibo y Punta Sur. Las zonas de buceo en la parte norte, extremo sur y este de la isla suelen tener corrientes de moderadas a fuertes, profundidades superiores a los 10 m y sólo se recomiendan para buceadores expertos; las áreas para todo tipo de buceadores, tanto expertos como inexpertos, están situadas en la costa occidental de la isla. Nosotros buceamos en Paraíso, San Francisco, Paso del Cedral, Palancar, Catedral, Jardín y un pecio de un avión, así que de todo un poco.

Pez ángel gris. Jardín.

 

Pez ángel reina. Jardín.

 

Mero de puntos rojos. Jardín.

Las inmersiones

En la isla estuvimos unos cuatro días y tres de ellos prácticamente todo el tiempo con la cabeza metida bajo el agua, salvo el tercio del día que hay que emplear en el sueño reparador, y el tiempo que hay que dedicar a obtener la necesaria energía para garantizar las funciones vitales y el ejercicio extra. Y esto último lo garantizamos con una sabrosa dieta consistente en tacos, enchiladas, frijoles, guacamole y unas coronitas muy fresquitas; y alguna que otra margarita.

Mero. Jardín.

 

Pez loro viejo. Jardín.

 

Pez puerco. Jardín.
En la parada de seguridad. San Francisco.

En el mismo hotel donde nos hospedamos estaba el centro de buceo con el que contratamos las inmersiones. En concreto un paquete de tres días con dos inmersiones diarias por la mañana, una inmersión nocturna y de extra te gratificaban con una botella de aire para que hicieras por tu cuenta una inmersión. Nosotros optamos por la costa junto al hotel, donde había un avión de la segunda guerra mundial hundido en el arrecife.

Para acceder a los distintos puntos de buceo, los centros contaban con unas lanchas rápidas acondicionadas para transportar buceadores y sus equipos. En la primera, de las dos inmersiones diarias, se alcazaba una mayor profundidad, 20 a 30 metros, y la segunda era a menor profundidad, de 10 a 20 metros. En cualquier caso, en cada inmersión primero se descendía a la cota máxima y después se iba ascendiendo pausadamente por el arrecife, de tal manera que siempre estábamos dentro da la curva de seguridad y, por tanto, no era necesario realizar paradas de descompresión para eliminar el posible exceso de nitrógeno en sangre y tejidos. Aunque, por una mayor seguridad, antes de salir a superficie siempre permanecíamos unos tres minutos a unos cinco metros de profundidad, bien en la parte menos profunda del arrecife o, bien, entre dos aguas cerca de la embarcación; la primera circunstancia era más divertida.

Jardín.

 

En la parada de seguridad. Jardín.

 

Coral de cerebro. Jardín.

 

Peces cirujano. Jardín.

El primer día hicimos 4 inmersiones, las dos por la mañana del paquete, por la tarde gastamos la botella extra y por la noche la inmersión nocturna; en estas dos ultimas no se superaban los 10 o 15 metros. El resto de días realizamos las dos correspondientes por la mañana y, por la tarde, un capuzón a pulmón en las cercanías del hotel. Según he leído posteriormente Palancar es uno de los lugares de buceo más espectaculares del mundo. Está localizado a unos 2 km de la costa sur de la isla y la inmersión se realiza entre los 20 y 30 m de profundidad. Además de la comunidad del arrecife de coral, entre los que destacan grandes gorgónias, corales de gran porte, esponjas y muchas especies de peces, se encuentran numerosas grutas y en algunos puntos de gran pendiente se ve, o se imagina, el abismo hacia la profundidad azul, que, por cierto, impone gran respeto.

Buceando o volando

Una de las inmersiones -en el Paso del Cedral- fue realmente excitante porque consistía en dejarse llevar por la fuerte corriente. Al principio, y como estaba obsesionado con fotografiar todo lo que veía -aunque con la limitación de las 30 o 33 diapositivas del carrete- me agarraba a cualquier cosa con una mano y con la otra intentaba fijar la abertura del diafragma, estimar la distancia y enfocar manualmente, y, finalmente, disparar, pero era imposible, así que pronto me relaje, cruce los brazos y me deje llevar por la corriente y a disfrutar del “vuelo”. Ya haría fotos en otro momento. En las inmersiones de mayor profundidad era frecuente, en algunos tramos, que hubiera también corrientes lo suficientemente fuertes como para impedir hacer fotografías; así que simplemente disfrutaba del espectáculo. Y fue en las de menor profundidad, Paraíso, Jardín o el avión hundido, donde no habían fuertes corrientes, y, también, más luz, donde por lo general disfrute más como fotógrafo aficionado.

En esta experiencia de Cozumel y en las siguientes (Maldivas y Mar Rojo) he preferido las inmersiones a poca profundidad, simplemente, porque puedes estar mucho más tiempo con la cabeza bajo el agua y hay más luz para disfrutar de los increíbles colores con los que se visten los habitantes del arrecife.
Pez ballesta. San Francisco.
Octocoralarios, esponjas y otros invertebrados. Palancar.
Esponja. Palancar.
Palancar.
Sargento mayor. Pecio el avión.
Mero negro. Catedral.
Pez ángel tricolor. Paraíso.
Pareja de Pez mariposa unimanchado. Paraíso.
Ronco amarillo y pargo gris. Paraíso.

Saludos flamencos y buen buceo,

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