Estuve en Bonn con unos amigos a principios del pasado mes de octubre y, entre otros lugares, visitamos un estanque artificial que estaba en un área verde junto al río Rin. Fue una mañana fría y lluviosa pero el entorno me resulto muy bello. Cuando nos estábamos acercando, pero aún no veíamos el estanque, ya se escuchaba un sonido que indicaba la presencia de anátidas, o lo que es lo mismo patos y gansos. Había un grupo nutrido de ánade azulón, también conocido por ánade real, y aunque se la considera una especie huidiza ante la presencia de humanos, allí estaba en un lugar frecuentado, pero en el que regularmente los visitantes les dan de comer. Y, al igual que reza aquella canción, pan les estaban echando: “Pasamos muy buenos ratos, echando pan a los patos y cuanto mas pan echamos, mejor el rato pasamos …«.
No obstante, no debe resultar extraño que el ánade azulón (Anas platyrhynchos) pueda intimar con el ser humano ya que el pato doméstico (Anas platyrhynchos domesticus) tiene su origen en el ánade real.
Esta especie al igual que otras anátidas presenta un evidente dimorfismo sexual, o dicho de otro modo, tiene características diferentes según el sexo del individuo, y en esta especie son muy notables: El macho, mucho más vistoso, tiene la cabeza con un color verde intenso y áreas azuladas con una textura que parece terciopelo, pico amarillo, collar blanco, pecho pardo o castaño, cuerpo gris y las plumas centrales de la cola están arqueadas hacia arriba.
La hembra tiene un plumaje bastante uniforme de color pardo oscuro, no es llamativa pero tiene una estrecha franja horizontal oscura que le cruza el ojo y llaga hasta el pico que le proporciona un toque coqueto y elegante. Se puede confundir con hembras de otras especies como el ánade friso y el rabudo, pero las manchas en las alas de color azul púrpura bordeado en blanco, que está presente en ambos sexos, es una característica específica.
Entre este grupo de azulones aparecieron unos pocos ejemplares de ánsar común (Anser anser) que venían en busca de su ración de pan. Esta especie, conocida también como ganso común u oca común, es el antepasado del ganso domestico del que existen numerosas razas que se crían como aves de corral y se considera taxonómicamente como la subespecie Anser anser domesticus. Ambos sexos presentan plumajes iguales, aunque los machos llegan a ser un poco más grande que las hembras, alcanzando un peso que sobrepasa los 4 kg con una envergadura en las alas de 1.5 metros. El pico es grande, anaranjado, y las patas y pies de color rosado.
También asistieron al almuerzo algunos ejemplares de gaviota reidora que con gran rapidez y habilidad se adelantaban a los ánades en la captura de los trozos de pan. Los ánsares que parecen menos tímidos apenas si compitieron por el pan, optaron por comer directamente de la mano de un caballero.
La gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus, antes Larus ridibundus) no llega a alcanzar los 40 cm por lo que se le puede considerar dentro de la familia como una especie relativamente pequeña. El pico y las patas son de color rojo, en ambos sexos el plumaje es igual, blanco, y en la época de reproducción la parte delantera de la cabeza tiene un plumaje de color oscuro, casi negro, pero que durante el invierno se reduce a unas manchas negras delante y detrás del ojo.
Cerca del estanque en un espacio despejado entre árboles había una pareja de córvidos negros que bien pudieran ser corneja negra o grajo, que estaban almorzando por su cuenta a base de semillas, gusanos e insectos. ¡Idílico!
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Saludos flamencos,
2 ideas sobre “Un almuerzo otoñal de patos y gansos en un estanque artificial junto al río Rin en Bonn.”
cuánta anátida viste y muy bonitas
Ya ves, y ese día no esperaba fotografiar aves. Siempre hay que llevar la cámara, nunca se sabe.
Saludos flamencos,