Por Cariño no se pasa se va a Cariño, y eso ha sido así siempre incluso antes cuando no existían las autovías y las circunvalaciones. A Cariño se va, y yo he ido dos veces y en ambas para la procesión de la Virgen del Carmen con mi amigo Luis, que es de allí. No es como todas las procesiones del día de la Virgen del Carmen, esta es especial, sale del mar Cantábrico llega y da la vuelta en el océano Atlántico y regresa de nuevo al mar Cantábrico, y todo el trayecto en un par de horas con vino, cerveza, empanadas y mucho cariño.
Tiene, no obstante, un momento muy emotivo cuando la procesión aun en tierra llega al puerto de los pescadores y suena la sirena de la fábrica de hielo. Suena como se hace sonar cuando ocurre alguna desgracia y algún barco que salió a faenar ya no regresará más. El silencio, perturbado sólo por el sonido de la sirena, es sobrecogedor. Ya en el mar, la Virgen en un barco de pesca se dirige al cabo Ortegal seguida de multitud de embarcaciones, lo dobla por fuera de “os Aguillóns” y se dirige a los acantilados que quedan al oeste. Allí se arrojan flores al mar en recuerdo de los marineros y pescadores que se perdieron en la mar. Este momento es también muy emotivo.
Después todas las embarcaciones regresan a puerto, pero en este trayecto pasan entre el cabo y los tres peñascos, “os Aguillóns”. Al desembarcar la Virgen, comienza una danza muy colorida que bailan los mozos, y los no tan mozos, de Cariño al son de panderetas, tambores y gaitas. Al parecer los mozos no deben dormir la noche anterior, no se cual es la causa ni a que se dedican durante ese tiempo.
Después lo que toca es tomarse primero unas cervezas con los mozos -que pronto se irán a dormir- y luego comer. En Cariño se hacen unas empanadas riquísimas, la más popular es la de bonito fresco -para esas fechas ya ha comenzado la campaña de su pesca en el Cantábrico- aunque a mi la que más me gusta es la de ventresca de bacalao con pasas de Corinto. Lo suyo, no obstante, es probar las dos y seguir con unos percebes procedentes de las bravas aguas de los acantilados, hervidos ligeramente en agua de mar y servidos fríos. Todo ello lo podemos regar con un Albariño que también acompañará a una caldereta de raya con patatas gallegas para terminar. Hay paseos muy bonitos en los alrededores de Cariño y cualquiera de ellos nos puede ayudar a hacer una buena digestión. Aunque durante el paseo podemos también dar una cabezadita bajo una sombra y contemplar, con un ojo abierto y el otro cerrado, la ría de Ortigueira.
No es posible celebrar el día de nuestra patrona de mejor forma y con tanto cariño. Cuando regreso a Murcia, varios días después, llevo el corazón alegre, el espíritu sereno y el maletero del coche lleno de conservas de anchoa, ventresca y lomo de bonito del norte, migas de bacalao, etc. Y durante mucho tiempo sigo sintiendo los olores de la ría, la fragancia del bosque, el ambiente fresco y húmedo de ese lugar que es el más distante, dentro de la península, de mi casa, pero al que tengo mucho cariño.
6 ideas sobre “La procesión marítima de la Virgen del Carmen en Cariño.”
Ramón Ballester Sabater:
Al leer la reseña tan cariñosa de mi amigo Beñi se me han despertado algunos recuerdos que me gustaría compartir, no todos desafortunadamente, porque ya hace un tiempo (¿) que estuvimos por allí, pero los suficientes para evocar unos inolvidables días de vacaciones en las antípodas murcianas. Me viene a la cabeza (por algo será) las visitas al “O fornil” con su obligado pulpo al centro, la gran variedad de empanadas (a razón de una diaria al menos), los berberechos con patatas del señor “O grillo” y un atracón de percebes no repetido hasta la fecha. Y también hicimos otras cosas además de comer, me acuerdo de la visita al mágico “San Xiao”, el disfrute de sus concurridas playas para ellos y solitarias para nosotros, y algún que otro paseo por bosques encantados. Y lo mejor de todo, rodeado de amigos y críos dando la lata. ¡Viva Cariño y viva la Virgen del Carmen ¡
HERMOSA PROCESIÓN.
Benjamín García2 tiene el fabuloso poder de hacer aparecer pulpos, doradas, lubinas, pargos, hurtas, … en una piscina, con un toque mágico de su varita mágica. También tiene el poder que da el gusto por el buen comer, buen beber, … buen vivir, pero, sabiendo y queriendo compartirlo con sus amigos. También tiene el poder de seducción de gran orador, no sólo para temas científicos o técnicos, sino para las cuestiones del día a día, o cualquier pajilla mental que venga a cuento. Está en posesión del poder de atracción y encantamiento desde la humildad, que encandila a los que se sienten sus amigos. En mi caso, además, tiene el poder de hacer sentir orgulloso, al que cita en esta historia, de ser su amigo. Porque esta historia, para uno que se siente desde el fondo de su ser, como él bien sabe, de CARIÑO, y especialmente deboto de la VIRGEN DEL CARMEN, hace que ambos, pueblo y día, sean más grandes. Porque lo cuenta un grande. UN MURCIANO GRANDE.
Tengo que corregir, no sería yo, si no lo hiciera, un par de puntos: la empanada no es de ventresca de bacalao con pasas, sinó de bacalao con pasas. En Cariño no hay calderetas, en todo caso si las hay seran recipientes con asas similares a los calderos. Lo típico en Cariño son las CALDEIRADAS (raya, san mariño, melgacho, escarrapote, …). Cuando uno se tira a contemplar la ría, en mi pueblo, contempla la RIA o ENSENADA de CARIÑO. La ría de Ortigueira, es la zona de adentro, más fangosa, menos brava y distinta, y que a LOS DE CARIÑO, non gusta menos.
También entre la conserva que se hace en Cariño, hay una muy buena de migas de bonito, pero creo que todavía no se hace de migas de bacalao.
¿Habrá que hacer un tercer viaje para buscar más ARGUMENTOS?
En fin, compañero, me alegro mucho de sasludarte. Es un placer y un orgullo que BENJAMÍN GARCÍA al cuadrado, sea un CABALLERO de la orden de CARIÑO.
Un abrazo de tú amigo.
LUIS RODRIGUEZ. CARIÑO
Por ley natural no tengo abuelas, pero afortunadamente tengo buenos amigos que me miran con mucho cariño.
Suscribo todos los piropos ……para el que no tiene abuela…. aquí estamos sus amigos !!
GRANDE BEÑI !! . Emilio Gil
Vivan mis amigos.