Junto al pequeño aparcamiento del centro de información de la Luz, en el Parque Regional el Valle-Sierra de Carrascoy, hay un par de oliveras cuyas olivas yacían en el suelo y esos frutos maduros estaban atrayendo a unas cuantas especies de aves (lavandera blanca, petirrojo europeo, colirrojo tión, curruca cabecinegra, herrerillo capuchino, carbonero común, mito común, pinzón vulgar, verderón común). Casualmente pasé por allí una mañana del mes de enero. Me entretuve un buen rato disfrutando del espectáculo, y este fue tan grato que durante varías mañanas allí estuve con la cámara y el teleobjetivo zoom para capturar algunas imágenes de aquellos pajaricos (este capítulo I).
Las condiciones de luz de las escenas que quería captar -fuertes contrastes entre claros y sombras bajo los olivos y en las ramas de estos- plantean, junto con los pajaricos en movimiento, problemas técnicos para establecer la exposición óptima. No obstante, creo haberlo superado siguiendo una serie de estrategias que son conocidas por los foto-aficionados entusiastas. Aún así, quizás les puedan servir de orientación a alguien que por aquí pase (en el capítulo II).
Contenidos
El trino de tres ilustres guitarras para darle voz a los pajaricos aquí silenciados
Uno de los atractivos de aquellas mañanas fue el sonido del canto de las distintas especies de pajaricos, así que me ha parecido oportuno como tema musical para este artículo, el trino en armonía de las diferentes guitarras de Paco de Lucia, John McLaughlin y Al Di Meola, interpretando Spain, ese estándar del Jazz compuesto por Chick Corea (en My Spanish Heart, 1976). Vídeo del canal Jazz on MV de YouTube.
Dónde y cómo surgieron esos días de pajareo fotográfico
El Parque Regional El Valle y Carrascoy se encuentra al sur de la ciudad de Murcia. Comprende una serie de sierras situadas en la zona centro oriental de la Región de Murcia, que geográficamente delimita el Valle del Segura y la Cuenca del Mar Menor. El Parque forma parte de la Red Natura 2000 ya que está considerado como Lugar de Interés Comunitario (LIC), y buena parte de su territorio es ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves).
Hay un centro de visitantes (con cafetería-restaurante) en la zona de EL Valle denominado La Luz. Esto es así, porque está junto al pequeño monasterio Hermanos de nuestra Señora de la luz. Por allí me deje caer una mañana de principios de enero, no recuerdo por qué, pero, en cualquier caso, quedé sorprendido.
Junto al pequeño aparcamiento en batería hay un par de oliveras de las que no se debió de recoger la oliva en su tiempo porque estaban distribuidas por el suelo; y de esos frutos estaban dando buena cuenta un nutrido grupo de colirrojo tizón. Me quedé en el coche observándolos. No recuerdo si finalmente hice aquello para lo que allí fui, pero, con agrado, sí recuerdo que llegué a identificar a otras especies. Algunos ejemplares de pinzón vulgar, petirrojo europeo y herrerillo capuchino. Aquella situación era una buena oportunidad para fotografiar a esas especies y alguna más si se terciaba; aún no las tenía registradas en mi lista de aves de Diversidad y un Poco de Todo.
Las condiciones del pajarero foto-aficionado
Así que, cuando me fue posible por mis obligaciones, volví con la cámara y el tele-zoom. Ahora bien, sólo aquellas mañanas en las que el cielo estaba parcialmente nublado, o totalmente despejado, de tal manera que el sensor de mi cámara dispusiera de la luz necesaria para hacer su trabajo en las condiciones más favorables posibles.
Entre esos días de visitas a las oliveras, tuvimos en Murcia unos días climatológicamente bastante raros, un día llego incluso a nevar hasta en la misma ciudad de Murcia; hacían treinta y pico años que esto no sucedía. Así que las visitas, un total de 5, se extendieron hasta finales de ese mismo mes, cuando ya en el suelo sólo quedaban los huesos de las olivas. Ya no había alimento disponible, pues ya no habían tantos pajaricos por allí deambulando.
Durante las visitas a aquellas oliveras situaba el coche un tanto “atravesado” en el aparcamiento para desde este hacer las fotografías. Efectivamente, estuve utilizando mi coche como si de un “hide” se tratara. Aunque en ciertos momentos le hubiera dado un martillazo al espejo retrovisor del conductor. Es curioso, en general, las aves se alarman y huyen ante la presencia física de las personas pero no ante los coches, estén en marcha o parados; y aunque dentro haya una o más personas.
Sobre las especies de pajaricos
Las especies que observe, y que pude fotografiar, fueron las ya citadas. Además, lavandera blanca, curruca cabecinegra, carbonero común, mito común, pinzón vulgar y verderón común.
Uno de aquellos días, cuando me dirigía al lugar en cuestión, en un cable de la luz estaba posado un cernícalo vulgar, que pude fotografiar porque no sé alarmó cuando paré el coche y saqué el tele-zoom por la ventanilla. Eso sí, salió volando cuando el vehículo que venia detrás me ofreció una amistosa –eso creo- “pitorrada”. También he incluido a esta especie aunque no estuviera en las oliveras, ya que pudo ser un potencial depredador de aquellas aves. De esta forma, tenemos los eslabones básicos de la cadena trófica: olivica, pajarico y depredador.
Todas estas especies son comunes aquí en Murcia, o todo el año o especialmente en invierno, tal y como se muestra en la siguiente tabla. En realidad, son especies parcialmente migradoras. Aunque algunos ejemplares están aquí todo el año, la población se ve incrementada durante el invierno con la llegada de efectivos desde el frío norte; en primavera regresan para la reproducción. La información de la tabla la he obtenido de la recientemente publicada actualización del “Catálogo de las aves de la Región de Murcia” (Calvo et al., 2017), disponible a fecha de hoy en https://www.um.es/analesdebiologia/numeros/39/PDF/39_2017_02.pdf
Residente | Invernante | Estival | |
Cernícalo vulgar | Abundante | ||
Lavandera blanca | Abundante | Común | |
Petirrojo europeo | Abundante | Escaso | |
Colirrojo tizón | Común | Muy escaso | |
Curruca cabecinegra | Abundante | ||
Herrerillo capuchino | Común | ||
Carbonero común | Abundante | ||
Mito común | Abundante | ||
Pinzón vulgar | Abundante | ||
Verderón común | Abundante |
La especie más abundante en las oliveras, y que consiguientemente más oportunidades me ofreció para presionar el obturador, fue el colirrojo tizón. Entre el picoteo rápido de una oliva y otra, los pajaricos se desplazaban con cierta velocidad. Aunque también efectuaban algunas paradas momentáneas, pero tras las cuales salían repentinamente corriendo o alzaban el vuelo. Bien para alejarse de los olivos, o para ocultarse entre las ramas y hojas de estos, o de los pinos adyacentes. Por otro lado, cuando alguien llegaba o se marchaba del aparcamiento, todos los pájaros desaparecían repentinamente, pero al tiempo, y poco a poco, volvían al lugar para continuar con la ingesta de olivas.
Aunque menos abundantes en la escena, pero con un comportamiento similar que me permitió tomar algunas buenas fotos, estaban el pinzón vulgar y el petirrojo europeo, especialmente este último. El mito común sólo lo pude ver durante unos pocos minutos y un solo día. Se trataba de una pareja que identifique en una olivera desde la que descendieron al suelo picotearon algunas olivas y se fueron; ya no volví a ver a esta especie. Algo similar ocurrió con el verderón común y la lavandera blanca.
Al herrerillo capuchino, curruca cabecinegra y carbonero común, los observé prácticamente todos los días, pero a muy pocos ejemplares y en muy pocas ocasiones en cada sesión. Estos, además, cuando acudían se mantenían ocultos entre las ramas de los olivos, descendían rápidamente picoteaban alguna oliva y súbitamente volvían a ascender al olivo, o se marchaban. Así que pocas fotos les pude hacer, especialmente al carbonero común que al menos durante estas sesiones se ha comportado como la especie más esquiva.
Saludos flamencos,
2 ideas sobre “Una crónica pajarera y fotográfica en torno a unos olivos en El Valle (Murcia). Capítulo I: La Intro y la crónica pajarera al trino de Paco de Lucia, John McLaughlin y Al Di Meola.”
Benjamín, muy interesante el reportaje pajarero en el Valle-Sierra Carrascoy. Reconozco que hay que tener una gran paciencia para poder conseguir todas estas imágenes tan bellas.
Gracias amigo José María. Y así es, paciencia. En el capítulo II que ya estoy terminando, uno de los factores que resalto para hacer fotografía de naturaleza es precisamente la paciencia. Sabes, me he tenido que hacer mayor (casi sesentón) para darme cuenta de ello, y para disfrutar relajadamente de la paciencia.
Nos vemos en “Nos une la Fotografía” y saludos flamencos,